Ábalos riega el tren con 6.250 millones pero castiga los viajes en coche y avión
El Ejecutivo aspira a duplicar el tráfico en el AVE en 2030 con los fondos de la UE mientras estudia implantar peajes en autovías y un impuesto a los vuelos

El oscarizado Joker de Heath Ledger popularizó la década pasada una nueva definición de resiliencia que dice que «lo que no te mata te hace diferente». España va camino de cumplir esta cinematográfica acepción. Porque si bien todavía es pronto para determinar si ... el país saldrá «más fuerte» de la crisis del coronavirus -como asegura el Gobierno - el plan de recuperación remitido a Bruselas por parte del Ejecutivo deja claro que sufrirá una transformación en los próximos años.
La movilidad será uno de los protagonistas de este cambio, que tiene como objetivo ser el eje principal de la transición ecológica. El tren saldrá vencedor de este política en detrimento del avión y el coche, ya que el Gobierno ha garantizado a la Comisión Europea que invertirá 6.243 millones en el transporte ferroviario durante los próximos años para convertirlo una referencia tanto en los viajes nacionales como en las conexiones con Europa. El M inisterio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana , dirigido por el número tres socialista, José Luis Ábalos , recuerda en el plan remitido a Bruselas que la nueva estrategia europea de movilidad pone como objetivo duplicar el tráfico en la alta velocidad entre 2015 y 2030. Para ello, el Gobierno propone «avanzar en la liberalización», que acaba de echar a rodar en las vías españolas.
Pero no solo el AVE será ‘mimado’ por el Gobierno. El Ejecutivo tiene previsto invertir más de 1.600 millones en mejorar los servicios de Cercanías . Y promete impulsar el Corredor Mediterráneo y el Corredor Atlántico con una inversión cercana a los 3.000 millones de euros. El objetivo, como en el caso de la implantación de peajes en las autovías, es reducir la dependencia española del transporte por carretera, que según el Ejecutivo supone el 93% de las emisiones directas de gases invernadero generadas por el sector.
« El fomento de métodos eficientes y sostenibles de transporte , como el trasvase modal de la carretera hacia el ferrocarril, contribuirá a rebajar la dependencia que España tiene del petróleo importado y a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero», reza el plan de recuperación.

La transición ecológica también dejará vencidos. El plan del Gobierno castigará a los transportistas , que advierten de que los proyectos planteados por el Ejecutivo provocarán un encarecimiento de los productos y una merma de las exportaciones. Hoy por hoy, el transporte de mercancías por carretera supone el 95% del total y representa un 5% del PIB, tal y como ha recordado la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (Astic).
Además de los transportistas, las grandes olvidadas por el plan del Gobierno en materia de transporte son las aerolíneas. El vigor inversor del Ministerio de Transportes en el ferrocarril brilla por su ausencia en materia aeroportuaria. Además, en el apartado impositivo, el Gobierno recupera la opción de imponer un impuesto a los billetes de avión, una medida con la que ya amenazó antes de que estallase la pandemia del coronavirus.
Entre los objetivos del proyecto se encuentra el de «revisar la fiscalidad del sector aéreo para actuar sobre las emisiones de esos sectores». Según ha podido saber este periódico, el Ejecutivo ve con buenos ojos iniciativas como la de Francia , que planea prohibir los vuelos nacionales que tengan alternativa en tren en menos de dos horas y media. Las aerolíneas cuestionan sin embargo el impacto que tendría esta medida en las emisiones. Desde la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) explican que ya se está produciendo «un trasvase de forma natural del avión al tren en los trayectos nacionales».
Según sus cálculos, la prohibición francesa afectaría en España a cinco rutas: las conexiones de Madrid con Barcelona, Alicante, Málaga y Sevilla . «En el corredor a Barcelona el AVE cuenta con una cuota de mercado respecto al avión que supera el 60% y en el resto incluso se alcanzan porcentaje superiores al 80%», aseguran desde ALA.
El AVE a Barajas
Pero más allá de lo que contiene el plan, las aerolíneas hacen referencia a los proyectos que deja fuera. Y entre ellos, hay uno que destaca por encima del resto: el AVE a Barajas. E l sector aéreo lleva años reclamando que la alta velocidad llegue a la T4 del aeropuerto, porque considera que de esta forma se podrían eliminar rutas nacionales que son deficitarias.
Compañías como Iberia consideran que con esta iniciativa se alimentarían sus vuelos de largo radio desde el aeropuerto madrileño de pasajeros que, por el momento, vuelan desde España hacia Iberoamérica y otros destinos de larga distancia utilizando otros aeropuertos europeos. Las aerolíneas también hacen referencia al impacto medioambiental de la medida, que según la propia Iberia -que reclamó que este proyecto se sufragara con los fondos UE- permitiría atraer unos 500.000 pasajeros al año .
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